EL PORCO CEL TA Y UN POCO DE SU HISTORIA
La raza de porco celta era típica en los establos en Galicia hasta los años 50, y fue desapareciendo poco a poco hasta nuestros días y hoy estaría prácticamente extinguido si no fuera por las iniciativas que existen para su cría y lo que algunos empezaron como un hobby para evitar su extinción que hoy por hoy es su trabajo. Son animales muy largos que tardan en crecer, con cabeza muy grande y largas orejas, que prácticamente les llegan a tapar los ojos, su carne es de gran calidad, se elaboran embutidos, jamones cacholas etc. Hoy por hoy en Galicia lo encontramos que se cría por zonas de la Coruña, Lugo, Pontevedra y Orense. Antes de la década de los 50 hay que decir que era la raza más importante de Galicia, pero fue sobre el 51 cuando empezaron hacer acto de presencia razas más exóticas y a cruzarse con la autóctona lo que empezó a causas su declive llegando a casi su extinción en muy poco tiempo.
Es una carne que se asemeja al cerdo ibérico, debido a su cría en el monte, su carne es rica en ácidos grasos insaturados, reconocidos por sus cualidades saludables. Aquí es típico el cocido de porco celta un plato increíblemente lleno de sabor pues las elaboraciones para realizar este plato; cachola, soa, lacón, espinazo, chorizo, se asemeja al cerdo ibérico y hace que sea un plato insuperable así mismo yo tuve la suerte de realizar un banquete asándolo a la Castellana y he de decir que fue una experiencia muy satisfactoria pues tenía hecho jornadas gastronómicas con él, pero nunca lo había realizado de este modo y me quede enamorado con los resultados, pues en una cocción tan humilde como es al horno vemos un derroche de sabor y aromas en el plato.
porcos celtas listos para asar......Como veis en la foto el procedimiento es el mismo que con el cordero, agua en la parte inferior de la bandeja, sobre ella el amigo... que simplemente habremos sazonado y le agregamos un poco de manteca de cerdo. Como veis no tiene mayor secreto, después el horno lo tenía precalentado a 160 grados, pero antes de darle la vuelta para terminarlo lo tuve unos 25 minutos a 140 para que se cocinara más despacio con sus jugos lo que hizo que su propia grasa se filtrara más y en consiguiente una maravilla para el paladar.
Aquí lo podéis ver cuando le damos la vuelta antes de meterlo de nuevo al horno sin lugar a dudas un espectáculo ese día asamos 9 amigos y fue toda una locura porque después cargamos todo y nos fuimos a dar el banquete en el monasterio de Samos donde disfrutamos de buen hacer de la gente de allí y nos deleitaron con los productos que elaboran ellos que francamente son una maravilla, hay un monje que se dedica hacer las confituras y hace auténticas joyas de hecho el postre era un cremoso de queso de Cebreiro con chocolate blanco y lo acompañamos con sus confituras y quedo un plato sensacional.
Bueno una vez le dimos la vuelta y precalentamos el horno de nuevo a 160 le añadimos sal fina por encima para ayudarle a la piel a quedar más crujiente y lo insertamos en el horno durante aproximadamente 40 minutos quedando un auténtico manjar.
Bien llegados a este punto estamos viendo que están listos para salir y disfrutar de un plato tradicional que con unas patatas panaderas y unos pimientos de Padrón no necesitan más.
Muchas gracias espero que os haya gustado este artículo y que valoréis la posibilidad de implicar más al porco celta en vuestras elaboraciones.
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